Saludos

Saludos a los valientes que aquí os adentrais. Vereis varias historias escritas por nosotros, los jinetes. Algunas mas largas, otras con menos contenido por el momento, pero todas igual de apasionantes.
Os aseguro que lo pasareis bien disfrutando de la lectura.
Un saludo.

Los Tres Jinetes

lunes, 24 de septiembre de 2012

Noa - Luhén (parte 1)


Aquella noche en la que la luna llena, brillante y hermosa, la madre de ellas y ellos vigilaba, se abrió de nuevo el portal entre Luhén y la Tierra.

Un encapuchado llevaba a Nura, a Yunuen y otros más encadenados hacia su escondite, cabizbajos y susurrando palabras en su lengua, conjuros que no tenían ningún efecto en aquel estado tan lamentable. Como cada cinco años, aquel extraño hombre resentido, mentiroso y grotesco conseguía a unos cuantos brujos y brujas y las encerraba hasta venderlos a algún desalmado o hasta que muriesen en sus mazmorras. La muchacha de pelo negro y ojos rojos se resistía a caminar, tirando con todas sus fuerzas hacia el lago cristalino para cruzar de nuevo el portal, para regresar hacia su hogar del cual no quería marcharse. En cambio, su madre Nura, sabía que de nada serviría y reservaba sus fuerzas mientras calmaba a su hija con palabras tranquilizadoras y una canción de su tierra aunque el viejo le golpeara cada vez que lo hacía.

Caminaron durante toda la noche a través de oscuros árboles y matorrales, como si se estuvieran escondiendo de algo o alguien, con el hombre no cruzaron ni una palabra, tan solo miradas llenas de odio a las que él respondía con risas y burlas. Cuando el sol comenzaba a aparecer por el horizonte y los primeros rayos iluminaban las ramas y hojas, llegaron a una humilde cabaña de piedra. Por fuera era modesta y sencilla: cuadrada de apenas doce metros de largo, demasiado pequeña para poder vivir todos. Los brujos se extrañaron pero lo que más llamó su atención fue que al alrededor de la casa había una capa de energía, una especia de barrera invisible para los humanos la cual Nura y Yunuen temían, pues estaba hecha por Amir, el material de almas que anulaba las danzas o el control de los elementos, el mismo material que las cadenas que rodeaban sus delgadas muñecas. 

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