Cruzamos por un largo pasillo en fila de uno, el primero
era Eros y con su enorme espalda y armadura no me dejaba ver más allá de su
cabeza. Yo iba completamente asustada, agarrada del brazo de Eros, del que no
me había despegado desde que entré en este extraño mundo. Después de mí venían
los caballos que parecían mucho menos alterados que yo, y el último era Axel
que tras de él cerraba de nuevo la
montaña con aquel horrible sonido.
Cada paso que damos, un extraño murmullo, como el de un
roedor alimentándose se hace mayor y más claro. Después de eso, un susurro.
Paro atención pero no logro entender qué dice esa voz ronca, entonces miro a
Eros que sonríe de una forma peculiar y un tanto siniestra, torciendo la boca
hacia un lado enseñando unos colmillos bastante afilados que resaltan ante la
igualdad de los demás.
—Anciano, ya estamos aquí, haz el favor de abrirnos —
grita Axel hacia uno de los salientes de la montaña — y te he dicho varias
veces que no canturrees esas cosas mientras comes…
—Nog engcuentro la palangca… Ah! Agquí egstas! — dice
mientras acaba de tragar lo que tiene en la boca— Os estaba esperando hace tres
horas…¡TRES HORAS! ¿Se puede saber qué hacíais por ahí durante todo este
tiempo?
—Calma Jinete, hemos encontrado a alguien… —dice Eros
mientras se echa a un lado para que pueda verme aquel extraño hombre y tras
colocarme frente al anciano, prosigue— Eh aquí al tercer Jinete que blandirá a
Sasha de sombras… ella misma le escogió.
—¡Espera, espera! Yo no he escogido nada de esto—
interrumpo —no sé ni qué hago aquí, tan solo quiero comer un poco y volver a
casa con mi hermana.
—No hablábamos de ti —saltan Axel y Eros, casi al unísono.
—Es Sasha quien te ha elegido a ti, eres la única que
puede luchar junto a ella. Desenfúndala y mira en su hoja—ordena Eros.
Desde que comenzamos a entrar en la montaña, la claymore
ha estado a mi espalda todo el tiempo. Nunca he cogido una espada y son
demasiado pesadas para mí, por ello Axel me ayudó a colocarla de tal forma que
no se cayera ni me dañara al caminar. En cuanto la desenfundo y toco la hoja con
la punta de los dedos, la preciosa espada comienza a vibrar, y en un segundo,
mi nombre es gravado en uno de sus lados. Me quedo asombrada y con la boca
abierta, miro uno a uno a los presentes atónita sin saber qué decir o hacer,
nunca había visto algo así y no solo eso, si no que aquella vibración es pasada
como una corriente a través de mi cuerpo que al principio me llena de energía y
poder pero después… después me deja sin fuerzas y caigo al suelo desmayada.
Muy bueno Noa, me encantó que la espada fuera quien te eligiera. Y cómo pasa el poder hacia ti me hizo acordar a algo que escribí hace un tiempo. Es lo que nos pasa a los lectores de fantasía jejejeje, tenemos idas muy similares (y yo que creía que me lo había inventado)
ResponderEliminarBueno, ahora un par de cariñosos garrotes. Me he perdido por momentos y es culpa tuya, pues entre publicación demoras una eternidad (cara de ofendido a falta de emotions)
Pero bueno, como le dije a Ista, revisa tu correo que en cualquier momento te llega algunas correcciones por mi parte.
AMENAZA: TRAS INTENSAS INVESTIGACIONES SABEMOS DÓNDE ENCONTRARTE, ASÍ QUE MÁS TE VALE QUE TE PONGAS LAS PILAS, QUE SI NO UN DÍA DE ESTOS TE DESPERTAMOS A GARROTAZOS.
Muy bueno Noa. Lástima que no cuelgues más a menudo por que esta genial tu historia, me encantó lo de la espada. Pero te pasa que, como dijo Muad anteriormente, lo cierras siempre como un capítulo, y eso lo debes evitar.
ResponderEliminarAh, y concuerdo con la amenaza de Muad, iremos a por ti si no cuelgas más seguidos.