Saludos

Saludos a los valientes que aquí os adentrais. Vereis varias historias escritas por nosotros, los jinetes. Algunas mas largas, otras con menos contenido por el momento, pero todas igual de apasionantes.
Os aseguro que lo pasareis bien disfrutando de la lectura.
Un saludo.

Los Tres Jinetes

sábado, 8 de septiembre de 2012

Noa- Jinete sin retorno (parte 4)


Cruzamos por un largo pasillo en fila de uno, el primero era Eros y con su enorme espalda y armadura no me dejaba ver más allá de su cabeza. Yo iba completamente asustada, agarrada del brazo de Eros, del que no me había despegado desde que entré en este extraño mundo. Después de mí venían los caballos que parecían mucho menos alterados que yo, y el último era Axel que tras de él cerraba  de nuevo la montaña con aquel horrible sonido.
Cada paso que damos, un extraño murmullo, como el de un roedor alimentándose se hace mayor y más claro. Después de eso, un susurro. Paro atención pero no logro entender qué dice esa voz ronca, entonces miro a Eros que sonríe de una forma peculiar y un tanto siniestra, torciendo la boca hacia un lado enseñando unos colmillos bastante afilados que resaltan ante la igualdad de los demás.
—Anciano, ya estamos aquí, haz el favor de abrirnos — grita Axel hacia uno de los salientes de la montaña — y te he dicho varias veces que no canturrees esas cosas mientras comes…
—Nog engcuentro la palangca… Ah! Agquí egstas! — dice mientras acaba de tragar lo que tiene en la boca— Os estaba esperando hace tres horas…¡TRES HORAS! ¿Se puede saber qué hacíais por ahí durante todo este tiempo?
—Calma Jinete, hemos encontrado a alguien… —dice Eros mientras se echa a un lado para que pueda verme aquel extraño hombre y tras colocarme frente al anciano, prosigue— Eh aquí al tercer Jinete que blandirá a Sasha de sombras… ella misma le escogió.
—¡Espera, espera! Yo no he escogido nada de esto— interrumpo —no sé ni qué hago aquí, tan solo quiero comer un poco y volver a casa con mi hermana.
—No hablábamos de ti —saltan Axel y Eros, casi al unísono.
—Es Sasha quien te ha elegido a ti, eres la única que puede luchar junto a ella. Desenfúndala y mira en su hoja—ordena Eros.
Desde que comenzamos a entrar en la montaña, la claymore ha estado a mi espalda todo el tiempo. Nunca he cogido una espada y son demasiado pesadas para mí, por ello Axel me ayudó a colocarla de tal forma que no se cayera ni me dañara al caminar. En cuanto la desenfundo y toco la hoja con la punta de los dedos, la preciosa espada comienza a vibrar, y en un segundo, mi nombre es gravado en uno de sus lados. Me quedo asombrada y con la boca abierta, miro uno a uno a los presentes atónita sin saber qué decir o hacer, nunca había visto algo así y no solo eso, si no que aquella vibración es pasada como una corriente a través de mi cuerpo que al principio me llena de energía y poder pero después… después me deja sin fuerzas y caigo al suelo desmayada.

2 comentarios:

  1. Muy bueno Noa, me encantó que la espada fuera quien te eligiera. Y cómo pasa el poder hacia ti me hizo acordar a algo que escribí hace un tiempo. Es lo que nos pasa a los lectores de fantasía jejejeje, tenemos idas muy similares (y yo que creía que me lo había inventado)
    Bueno, ahora un par de cariñosos garrotes. Me he perdido por momentos y es culpa tuya, pues entre publicación demoras una eternidad (cara de ofendido a falta de emotions)
    Pero bueno, como le dije a Ista, revisa tu correo que en cualquier momento te llega algunas correcciones por mi parte.
    AMENAZA: TRAS INTENSAS INVESTIGACIONES SABEMOS DÓNDE ENCONTRARTE, ASÍ QUE MÁS TE VALE QUE TE PONGAS LAS PILAS, QUE SI NO UN DÍA DE ESTOS TE DESPERTAMOS A GARROTAZOS.

    ResponderEliminar
  2. Muy bueno Noa. Lástima que no cuelgues más a menudo por que esta genial tu historia, me encantó lo de la espada. Pero te pasa que, como dijo Muad anteriormente, lo cierras siempre como un capítulo, y eso lo debes evitar.
    Ah, y concuerdo con la amenaza de Muad, iremos a por ti si no cuelgas más seguidos.

    ResponderEliminar